

CHAKRAS

Aparte del cuerpo físico, el ser humano dispone de cuerpos o capas, canales (nadis) y centros (chakras) energéticos. Chakra es un término sánscrito utilizado por los vedas para los centros o vórtices energéticos del cuerpo humano y puede traducirse como « rueda » ó «círculo». Entre las funciones principales de los chaKras están la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía universal.
Se suelen reconocer siete capas y cada una de ellas se asocia con un chakra. La primera capa y el primer chakra están relacionados con el funcionamiento del cuerpo y la sensación física. La primera capa guarda relación con el funcionamiento automático y autónomo del cuerpo. La segunda capa y el segundo chakra se relacionan con el aspecto emotivo de los seres humanos. La tercera capa y el tercer chakra están asociados con nuestra vida mental, mientras que el cuarto nivel que se relaciona con el chakra del corazón es el vehículo por medio el cual amamos. El quinto nivel está relacionado con una voluntad más elevada que tiene mayor conexión con la voluntad divina y el quinto chakra se asocia con el poder de la palabra, escuchando y aceptando la responsabilidad por nuestras acciones. El sexto nivel y el sexto chakra están asociados con el amor celestial que abarca y protege la vida. Por último, la séptima capa y el séptimo chakra guardan relación con el pensamiento elevado, el conocimiento y la integración de nuestra formación espiritual y física.
Es común que la persona tenga varios chakras bloqueados. Los bloqueos se pueden liberar a través de vibraciones energéticas que se aproximen a las frecuencias con las que un chakra vibra de forma natural. Estas vibraciones se pueden encontrar por ejemplo en los colores, las piedras y cristales, los sonidos (naturales, los de los cuencos de cristal, tibetanos, gongs, etc.), los aceites esenciales, la naturaleza, el yoga, el Reiki, la Reflexología etc. Tan pronto como nuestros chakras entren en contacto con frecuencias más elevadas y puras que las de su estado actual, comenzarán a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más lentas de los bloqueos se irán disolviendo progresivamente. Entonces, los centros energéticos podrán absorber nuevas energías vitales.
Cuando en este proceso de purificación y clarificación se liberan las energías estancadas, sus contenidos aparecen una vez más en nuestra conciencia. Con ello podemos vivir de nuevo las mismas sensaciones que causaron el bloqueo: nuestras angustias, nuestra ira y nuestro dolor. Las enfermedades corporales pueden surgir por última vez antes de ser totalmente eliminadas. Durante estos procesos es natural que nos sintamos intranquilos, excitados o incluso muy cansados, pero tan pronto como las energías tengan el camino despejado nos sentiremos llenos de alegría, serenidad y claridad.